Copia del trabajo publicado en la Obra Carnaval de Ciudad Rodrigo Año 1998
por Raúl Santos Álvarez
L a implantación de esta escuela se asienta en un momento de cambio profundo en las estructuras tanto sociales como políticas de la concepción educativa después del progreso producido tras el reinado absolutista de Fernando VII. Entre 1833 y 1868 el gobierno liberal de Isabel II, plasma en tres decretos (años, 38, 45, 57), la regulación de la enseñanza (presentando la población unas tasas de analfabetismo enormes, cercanas al 80%, unos locales de enseñanza inhumanos y antihigiénicos, y unos maestros sin ninguna titulación y sueldo). Con estos decretos se conseguiría un gran avance que, sin embargo, no bastó para solucionar la situación de precariedad y falta de escuelas del país. La política durante la Restauración fue un freno para todas las actividades educativas, que se estaban llevando a cabo hasta entonces, si bien a finales de siglo se aprecia un cambio, basado en dos cuestiones, por un lado la implantación del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1900, y por otro, el paso de una escuela unitaria (en la que el profesor se encontraba enseñando a chicos y chicas de diferentes edades), a una escuela dividida por grados, que traerá una expansión de nuevos métodos de enseñanza y la implantación del libro de texto y material pedagógico de calidad como uno de los elementos indispensables de la educación, evolución que se acelerará con el paso de los años, hasta que, tras la dictadura de Primo de Rivera, la 2ª República (1931), coloque los niveles de analfabetismo y de construcción de nacimiento de la educación en el país.
D el crecimiento demo-gráfico que había sufrido la población del Arrabal (que se tradujo en un aumento en el alumnado), así como de la necesidad de instalaciones nuevas con las que conseguir una buena enseñanza, surgen dos proyectos de construcción de escuelas, en 1865 y 1882, si bien uno de ellos no se llevó a efecto.
La primera de ellas aparece en un documento del Negociado de Fomento y Obras Públicas, fechado en 1865, en el que se concede autorización a esta ciudad para la construcción de "un edificio de dos plantas (con las escuelas de ambos sexos en la primera y alojamientos para maestros en la segunda), importando los gastos la cantidad de 12.552 escudos y 698 milésimas". Los gastos de esta institución, tanto de mantenimiento, como de materiales para su construcción, serían financiados por el Ayuntamiento, con los recursos que tengan disponibles (con salvedad expresa de que no se construirá la escuela hasta que no tenga fondos necesarios para ello), teniendo que consignarlos en el presupuesto del siguiente año 1867-68. Éste deberá ser primeramente validado por la "Junta de Contribuyentes" (que a la larga serían los que pagarían el solar de la escuela), y recogiendo el dinero del 80% de la venta de bienes de propios (propiedades que poseía el Ayuntamiento y que eran vendidos y alquilados para sacar aportaciones económicas) o bien pidiendo subvención al Estado. Para la realización del edificio se buscan solares, siendo los más apropiados los de Joaquín Pascua, que se encuentran dentro de zona militar, por lo que piden la autorización consiguiente, que le es concedida por el Gobernador Militar de la plaza de Ciudad Rodrigo don Francisco Ramón el 11 de abril de 1866, siendo condición indispensable no sobrepasar una altura de 6,68 metros.
A la vez que las autorizaciones se van concediendo, se suscribe un contrato con el dueño del solar en 1864, en el que había dos casas. En este contrato se establece la compra por parte del Ayuntamiento de las casas de Joaquín Pascua a un precio de 1.346 escudos. Como el Ayuntamiento no tiene dinero para pagar la escuela, tampoco paga las casas, con lo cual surgen las protestas del propietario (en 1867 y 1868), dirigidas al gobernador provincial, en las que denuncia que "como hace 2 años que no se hace nada, expone: que se le retire el compromiso de la renta de las casas, o se le paguen los 1.346 escudos que se periciaron".
A partir de 1.869 , ya no se encuentra documentación de dichas escuelas, por lo que cabe deducir con dos datos relevantes como son la falta de presupuesto de un Ayuntamiento sin recursos, y la construcción en 1882 de nuevas escuelas en el mismo arrabal, que no se llegó a edificar ninguna escuela, si bien se pudieron haber pagado finalmente los terrenos antes citados, y ser los que se utilizaron en este segundo proyecto.
En 1882, el Teniente Gobernador de Ingenieros don Salvador ¿Munurt compone el "Anteproyecto para la construcción de escuelas en el arrabal de San Francisco", en el cual nos aporta datos sobre la situación del arrabal en esos momentos. Habla de "más de 700 vecinos que envían a la escuela unos 150 niños de cada sexo". Para la ubicación del local se escogen terrenos del Campo de Toledo entre el Paseo de la Florida y las casas del Arrabal por ser "el más céntrico y lo suficiente-mente grande" (también aquí hay que tener en cuenta las disposiciones que le afectan por encontrarse próximo a zona militar, por lo que la altura no podía ser superior a 6,68 metros).
Se trataba de un edificio de dos plantas, en la primera se situaba todo lo relacionado con la función docente (dos aulas en este caso, una de niños y otra de niñas), una biblioteca y salón de exámenes, y amplios patios (separados eso sí, para no mezclar los niños y las niñas), para el recreo de los alumnos. La segunda, se ocuparía en la acomodación de maestros, comedores para alumnos o profesores.
Son muy importantes los detalles constructivos de este proyecto, fruto del avance educativo promovido desde el siglo anterior por agrupaciones tan importantes como la I.L.E. (Instituto libre de enseñanza). Algunos de ellos son:
Preocupación por la ventilación "... cada niño necesita 3,50 m. cúbicos de aire, se deduce que dándole a las clases 4 m de altura, tendremos un volumen de 600 m cúbicos (divididos por el número de alumnos, 150) es decir 4 m cúbicos". La luz, construyendo ventanas de amplias dimensiones 1.10m X 2.20, con un sistema con el que se pudiera abrir la parte superior de la vidriera, para la entrada del aire en el aula, sin incidir directamente en los niños).
Entarimados indicando la madera utilizada (roble o pino), y la inclinación del 3%, (que debe tener para la vigilancia correcta de los niños). La construcción de retretes, siempre en una situación lo más alejada de las aulas para evitar los malos olores, pero pudiendo ser observados desde la tarima, mediante la colocación de los pasillos de acceso en perpendicular a ésta y la circunstancia que las puertas no llegaban ni al techo ni al suelo.
La distribución espacial de las aulas, con anchos pasillos centrales y latera-les, necesarios esto últimos para una formación pedagógica en la que un instructor o un alumno aventajado ayudaba con la educación en algunas áreas de los niños, y los bancos de gran capacidad (5 personas que permitía una mayor comodidad), era inmejorable.
Se podía pensar que el Ayuntamiento ha conseguido rehacerse económicamente, pero no es del todo cierto, porque en el mismo anteproyecto aparece muy destacada la condición de se propone la mayor economía, empleando los materiales más baratos en la localidad que son el ladrillo y la mampostería ordinaria. El edificio es culminado en septiembre de 1883, costando la cantidad de 41.100 pesetas.
Los resultados de las escuelas según el libro de actas de la Junta de Instrucción Primaria tiene dos vertientes, por un lado la de niños, asistida por don José Manuel González Álvarez, que siempre consigue unos excelentes resultados, y por otro la de niñas, por doña Antonia Morante, que desde el comienzo de siglo ofrecía un aspecto negativo, según se comenta, por el excesivo número de alumnos, aunque quizá el factor dominante era la vejez de la maestra, que a pesar de todo, siguió manteniendo el puesto hasta 1.908.
H emos entrado en el siglo XX, la política en cuestiones educativas ha ido cambiando desde la última década del siglo pasado, y las escuelas, tras un proceso de innovación pedagógica (basado en muchos casos en la I.L.E. que transmitió un riada de ideas que se aplicaron en algunos casos con eficacia como en Barcelona han pasado de ser meramente unas simples aulas, en las que el profesor se encarga de dirigir el aprendizaje de la lectura y la escritura a 100 ó 150 niños, a un todavía no demasiado complejo educativo, llevado y controlado por el Estado a partir de la instalación del Ministerio de Instrucción Pública (por lo menos lo concerniente a sueldo del profesorado y a los aspectos organizativos). Todo ello está dentro de un clima de modernización e industrialización de la sociedad.
Esta escuela verdaderamente no se hubiera podido construir si no es por la publicación del Real Decreto de Mayo de 1908, en el que se contemplan subvenciones para las ciudades que tuvieron un papel destacado durante la Guerra de la Independencia, todo ello englobado dentro de los actos conmemorativos del centenario de ésta. Además, en una carta procedente del Estado, se afirma que la concesión de la obra se debe al mal estado de las escuelas existentes, que segura-mente hubieran seguido así si fuera por las contribuciones económicas que podía aportar el Ayuntamiento.
La construcción del grupo escolar, se hizo en el arrabal de San Francisco seguramente por dos razones significativas, por una parte la población existente en la barriada, que si ya era de más de 700 vecinos en 1882, rondaría los 1200 ó 1300 en el primer decenio de siglo, y en segundo lugar el espacio que existía para la construcción de las mismas. Fueron las tierras de don Vicente Santos que se encontraban situadas entre el paseo de Sto. Domingo y el camino que va a La Caridad las escogidas, haciéndose el replanteo de las obras el 13 de Septiembre de 1909 en presencia del alcalde, don Clemente de Velasco y Sánchez Arjona, delegados de la comisión, así como don Tomás Alonso, director de obras contratado.
Se trata de un edificio de dos plantas, en forma de hache, en la que las aulas y todos los utensilios para la Enseñanza se encuentran en la primera, y lo relacionado con los maestros en la segunda. La fachada principal sería de gran belleza arquitectónica produciendo un efecto de movimiento el hecho de ir salteando vanos sobre muros. Por último es importante destacar dos motivos importantes dentro de la fachada principal, uno la fecha del Grupo Escolar y otro el reloj que aparece en los planos, de los que más tarde hablaremos.
Todo el proyecto se asienta sobre medidas pedagógicas de primer orden incorporando toda serie de ventajas para la mejor educación de los niños.
Se instalarán cuatro grados, de los que se va pasando dependiendo de la edad y de los conocimientos, consiguiendo mejorar radicalmente la enseñanza ya que ahora son grupos mucho más reducidos, con un comportamiento y saberes similares, con lo cual el profesor controla mejor a sus alumnos en una clara evolución del sistema anterior.
El personal de la escuela estaría integrado por el Director, que también sería un profesor de un grado, y que cumpliría las funciones de organización de la escuela, y tres maestros para los grados que faltan.
Además en términos de arquitectura escolar está todo bien planificado: en el proyecto aparecen unos amplios ventanales al igual que la de 1882; goza de unos patios muy amplios de recreo, que conseguirán el desahogo necesario; aparece una sección de jardines (posiblemente como jardín botánico, que será un elemento muy interesante a la hora del aprendizaje basado en el niño y no en las simples explicaciones repetitivas y aburridas del profesor); Unas condiciones higiénicas buenas (se dan detalles sobre las características de los inodoros, "taza de hierro esmaltado y juego de agua)"; y un análisis detallado del recorrido que debía seguir el alcantarillado, explicando el proceso de construcción, la pendiente que debía hacerse, los colectores y salidas, etc.. Se planteaba, continuando con el camino de evolución escolar, la construcción de una biblioteca y sobre todo un museo escolar.
Para terminar con la descripción de los servicios que prestaba el colegio, destacar una cocina que estaba previsto montar, para satisfacer un comedor para los estudiantes, el cual no se haría hasta el año 1932, 21 años más tarde (se vuelve a observar la precariedad económica del Ayuntamiento), una enfermería para atender a urgencias provocadas por enfermedades leves o caídas, un sistema eficaz de calefacción, el cual estaba compuesto por estufas de leña, que se encontraban situadas correctamente (en una esquina de las aulas, lejos de las ventanas, que por su tamaño provocarían una pérdida muy importante de calor), que conseguirían en las aulas un ambiente agradable y por último un pabellón para el juego de pelota y para duchas, que haría del conjunto algo muy innovador y apropiado para el desarrollo de las actividades educativas.
El coste del edificio según el proyecto fue de 97.233,93 pesetas. Como se puede ver, más del doble del conjunto anteriormente construido, debido a la evolución de la moneda y a la utilización de mejores materiales y servicios.
Un dato curioso es la desaparición de algunos elementos del proyecto a consecuencia de no ser subvencionados por el estado. En una carta remitida al Ayuntamiento de la Subsecretaría de 1ª Enseñanza, sección Arquitectura escolar, "Se dice de la concesión de la obra por parte del Estado, que pagará todo el proyecto a excepción de la cocina, el reloj, la casa del conserje, el pabellón para duchas y juegos de pelota", indicando que es "entendido que nada de esto se hace desaparecer del proyecto al cual complementan beneficiándolo". Pero como ya se conoce la proverbial pobreza del Ayuntamiento, se eliminan todas estas partes consideradas positivas por el estado, pero de importancia secundaria, por lo que no las subvenciona.
La inauguración de la nueva obra se produce el 19 de junio de 1911, después de ser reconocida por el alcalde don Adrián Vasconcellos, individuos de la Comisión de Fomento, y el director de obras, don Tomás Alonso.
A partir de este dato, y contemplando el que aparece en los planos de la fachada del grupo escolar (1909), se observa una discrepancia en cuanto a fechas, ya que la cifra colocada en lo alto de la puerta principal indica 1910, siendo ésta, como única posibilidad deducible, la fecha del inicio de las obras.
Más datos curiosos asoman la cabeza tras el estreno del local y el método de enseñanza. Teniendo en cuenta los sustanciosos recursos de los que disponía el Centro, considerar el aprendizaje como excepcional no sería una idea descabellada, sin embargo según el libro de actas de la Junta Local de Instrucción Primaria (1900-1918), los exámenes y las inspecciones no son muy boyantes, considerándose hasta deficientes dependiendo del profesor, lo atestiguan los resultados de los exámenes del 14 de noviembre de 1912.
Director: Tomás de AquinoAdemás hay que tener en cuenta que los resultados de la antigua escuela dirigida por don José Álvarez siempre habían sido satisfactorios, con lo que a pesar de lo nuevo, de la evolución se mantuvieron mejores los resultados de lo antiguo, aunque pudiera ser que la competencia de los profe-sores no fuera del todo correcta, pudiéndose sacar esta conclusión de la anécdota que se describe en un acta del 29 de enero de 1912. "El mismo señor hizo presente que acordado por el ilustre ayuntamiento el establecer en uno de los locales del edificio de las escuelas graduadas la clase de música... sin que perturbase lo más mínimo la primera enseñanza...(se establecerán) en el que se halla en la parte sudoeste, al estar sin aplicación algunas (estancias), como se demuestra al hallarse ocupado con tiestos y otros artefactos, como la inmediata, con ropas de secar y cuya operación se realizó con presencia del conserje de aquellas, y no con la del señor director al no encontrarse en el edificio, sin duda, por haber terminado sus tareas escolares. Se dan las órdenes oportunas el siguiente día para comunicar a dicho señor director, las antes relacionadas. Recibí el oficio protesta firmado por el mismo y los tres maestros de sección cuyo texto, y el del secretario ley por mandato de Vª que dada la forma poco respetuosa de aquel en que indicados señores protestaban de lo expuesto, diciendo que se negaban a entregar la llave del local, sin autorización de la superioridad toda vez que estaba presente que los Ayuntamientos no podían disponer de los locales de las escuelas subvenciona-das en todo en parte por el estado...si (como los del Ayuntamiento) se creían asistidos de derecho para ello, ordené de nuevo la entrega al inspector de policía, la llave de aquel local y al tener éste la misma negativa , con ademanes y palabras, que fueran puestos en mi conocimiento , dispuse de nuevo al saber, que todos los locales se servían de la misma llave, llave que variaron la del designado colocando en él una nueva lo que cedió al invocar mencionado empleado su carácter de Agente de la Autoridad."
Además argumenta, que al día siguiente los profesores no estaban en clase sin justificación.
Todo ello, de una manera más o menos pronunciada, afectó negativamente al transcurso de la educación de un Centro pensado para satisfacer todas las necesidades de un arrabal en expansión, y de una ciudad, que no poseía recursos para su autonomía educativa.
A pesar de todo y con el paso de los años, las Escuelas Graduadas de San Francisco, han ido cumpliendo el cometido primordial para el que fueron creadas, la mejora del nivel cultural de todos. Los mirobrigenses y todos, alumnos y profesores, que han pasado por ellas, se sienten orgullosos de la etapa de su vida allí vivida.
C ontinuando con la descripción del Grupo Escolar "San Francisco" que ha aportado Raúl Santos Álvarez, podemos añadir que el proyecto del edificio está atribuido a don Joaquín de Vargas, arquitecto provincial de Salamanca, aunque algunos lo ponen en duda y hablan de la posibilidad de que el autor fuese D. Ramón Laredo. El edificio no tiene un estilo específico, aunque es típico de la época. Parece ser que es un edificio catalogado y único en su estilo en Ciudad Rodrigo. Posteriormente fue ampliado en las dos alas laterales, pero esta ampliación no tiene nada que ver con el edificio primitivo en lo que a su estilo se refiere.
El Grupo escolar ha ido evolucionando a lo largo de los años según las necesidades educativas del momento. El nueve de febrero de 1973 (BOE 30 de enero de 1974), se constituye el Colegio Nacional Mixto "San Francisco", con veintiséis unidades y Dirección sin curso, siendo posteriormente Colegio Nacional Mixto Comarcal con aulas en cuatro edificios diferentes:
El edificio de San Francisco, el edificio de Santa Clara (antiguas escuelas de niñas), el edificio de los Silos y tres aulas habilitadas en el antiguo Centro de Formación Profesional, (hoy I.E.S. Tierra de Ciudad Rodrigo).
Esta configuración se mantuvo hasta 1983, año en que dejó de ser Colegio Comarca, reduciéndose, por consiguiente, el número de sus aulas. En los años siguientes el colegio estuvo ubicado en dos edificios: el edificio San Francisco y el edificio de "La Báscula", situado en la Avda. Yurramendi con tres aulas de infantil y una de Educación Especial. Este edificio estuvo funcionando varios años independiente de San Francisco.
La matrícula de alumnos en este momento (San Francisco y La Báscula) era de 476, atendidos por 33 profesores y Dirección con función docente, repartidos de la siguiente manera: Seis aulas de Educación Infantil, doce de Educación Primaria, cuatro de E.S.O. y un Aula de Educación Especial. El profesorado estaba distribuido de la siguiente manera: siete de Educación Infantil, once de Educación Primaria, tres de Inglés, dos de Educación Física, dos de Matemáticas-Ciencias Naturales, uno de Ciencias Sociales, uno de Educación Musical, dos de Pedagogía Terapéutica, una profesora de Portugués, una profesora de Francés compartida con el Colegio "Miróbriga" y una profesora, especialista en Logopedia, compartida con el Colegio El Puente. Además, el Aula de E. Especial cuenta con una Auxiliar Técnico Educativa.
